sábado, 25 de marzo de 2017

De Ahelain. Una arriesgada misión.









Hace varios días que Ahelain no tiene noticias sobre el paradero de Hezsio, y eso la preocupa sobre manera; teme por la suerte te su amigo y compañero, pero  sobre todo teme por el resultado de la misión que le había asignado. Sentada en su tienda, la Comandante medita sobre a quién podría encomendarle la difícil tarea de hallar al hombre, y resolver este maldito asunto de una buena vez. Al fin después de tanto pensar, de pronto le surge una idea... minutos después un joven recluta hace aparición en la tienda portando una serie de documentos.







Participantes: Ahelain, Un joven recluta, Nyd (punto de vista neutro)







La tienda de la comandancia

Luego de dejar atrás la calle  principal del amplio campamento,  entras en la

que, sin duda,  es la segunda tienda más grande del lugar.  Pertenece a  la

Comandante de la Compañía  de la Mano Roja,  sitio donde descansa después  de

Regresar  de alguna difícil  campaña o ejercicio militar.  La decoración  es

recargada,  y convierte una simple  tienda en un lugar opulento.  Aunque los

artículos  son eminentemente militares,  mapas,  planos tácticos,  cascos y

espadas,  tapices con representaciones de antiguas batallas,  se percibe un

fresco y elegante aire femenino. Elegancia que se ve destacada por un macizo

escritorio de  roble tallado  donde reposan varias  pequeñas estatuillas  de

manufactura Amayar,  junto a preciosas joyas elaboradas  por los  expertos

artesanos orfebres  del distante reino de Kandor.  También se observan en un

rincón,  un par de sillas y una pequeña mesa donde de algunos braserillos de

cobre emanan deliciosas fragancias que disipan el denso aroma de las monturas

y  carretas del exterior,  además de un  perchero de cuyos brazos  arqueados

penden varios vestidos.







-Aquí está lo que pedisteis, mi lady comandante - exclama el joven tras dirigir a la mujer una exagerada reverencia.



Ahelain toma los documentos de manos del muchacho, y echa una rápida ojeada a los nombres que aparecen escritos allí. De pronto Uno de ellos llama particularmente su atención.



Ahelain susurra para si: '¿Nyd Sommerville? vaya... ¡pero si es la hermanita de Aenyd!'



El recluta mientras tanto, se mantiene  en posición de firme a la espera de nuevas órdenes



Ahelain deja los documentos sobre la mesa, ya ha tomado una decisión. Luego se vuelve hacia el chico y dice:



Ahelain dice 'busca a Nyd Sommerville, y dile que  deseo hablar con ella, que venga a mi tienda cuanto antes.'



Un joven recluta dice 'sí, mi lady comandante. ¿Necesitáis alguna otra cosa más?'.'



Ahelain niega con un cabeceo.



Ahelain dice 'no, puedes retirarte.'



El joven recluta asiente, saluda a Ahelain con una inclinación de cabeza, y corre raudo a cumplir con su encargo.





Momentos después vuelven a llamar a la entrada de la tienda.





Ahelain grita '¡adelante!'



Los faldones de la tienda se abren, dando paso a una esbelta rubia de ojos azules, qué, al ver a ahelain, se cuadra en un saludo militar.



Ahelain estudia a la mujer de arriba abajo sin disimulo.



Nyd trata de no encogerse ante el escrutinio de la mujer.



Nyd dice saludos, mi comandante.'



Ahelain dice 'saludos, querida, ven, toma asiento.



Ahelain señala a Nyd una silla vacía a su lado.



Nyd la coge, y toma asiento al lado de la comandante, mientras que se pregunta cada vez más intrigada para qué la habrá hecho llamar.



Al ver la ansiedad que refleja el rostro de Nyd, Ahelain decide hablar sin rodeos. Suelta el aire y dice:



Ahelain dice 'hace días que el sargento Hezsio se encuentra desaparecido, y los últimos informes que me llegaron dicen que su rastro se pierde por aquí.'



Ahelain toma uno de los mapas que hay plegados sobre la mesa, lo desenrolla y señala a Nyd un punto situado entre Illian y Tear.



Nyd mira con atención el punto señalado en el mapa por la comandante, mientras que se pregunta qué tiene que ver ella en todo esto.



Ahelain dice 'Hezsio se hallaba trabajando en un asunto de mucha importancia para la compañía.'



Nyd pregunta ya sin poder contenerse: '¿y necesitáis que alguien vaya en su busca?'



Ahelain sonríe ante el comentario de Nyd.



Ahelain dice 'así es. ¿Tú crees que podrías hacerlo?'



Nyd asiente con firme determinación.



Ahelain se muestra complacida, piensa que Aenyd se sentiría orgullosa de la valentía de la que hace gala su pequeña hermana.



Nyd dice '¿y cuando tendría que partir?



Ahelain dice 'partirás mañana mismo, pero ahora debo enseñarte algo'.



Ahelain abre un cajón de su escritorio, y extrae una pequeña libreta que luego le tiende a Nyd.



Nyd toma la libreta de las manos de la comandante con sumo cuidado.



Ahelain dice 'ábrela, ahí está todo lo que necesitas saber.'



Nyd la abre y comienza a echarle un ojo.



Ahelain dice 'quiero que lleves a alguien contigo.'



Nyd dice sintiéndose segura de si misma: 'no será necesario, yo podré con esto.'



Ahelain adopta una expresión seria.



Ahelain dice 'no se trata de alardear, soldado. Esto no es un juego de niños.



Nyd asiente y baja la mirada.



Nyd dice 'se hará como ordenéis.'



Ahelain dice 'bien, eso es todo, ya puedes retirarte.'



Nyd asiente y se encamina hacia la salida.



Ahelain dice pero antes...'



Ahelain entrega a Nyd una bolsa con varios marcos de plata, y luego da algunas recomendaciones



Nyd asiente obedientemente, y tras cuadrarse en un saludo formal  de despedida, se retira, dejando a la comandante inmersa en sus propios pensamientos.



Ahelain ve marcharse a  la muchacha, y se pregunta si ella será la persona correcta para encomendarle esta difícil misión, si sabrá estar a la altura de las circunstancias.



Ahelain dice en voz alta: 'bueno, como dice mi general... dovie'andi se tovya sagain (es ora de que rueden los dados.'

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