miércoles, 28 de diciembre de 2016

De Drygyar Y Erisai. El ataque.


Los Bosques de Arafel
Pese a estar situado en una zona tan conflictiva como son estas tierras
el bosque presenta un inmejorable aspecto con sus tupidos ramajes que
alcanzan increibles alturas. El Erinin baña estos bosques.
Erisai esta sentada en una roca a la orilla del Erinin, pensativa
Drygyar husmea buscando nuevos enemigos.
Erisai coge un puñado de piedras, intenta hacer unos malavares con ellas y luego las va lanzando al agua.
Erisai canta flojito, tarareando una vieja melodia.
Drygyar se detiene de repente. ha percibido un rastro.
Erisai alza la cabeza, cree haber oido algo, pero mira a su alrededor y no ve nada, hay mucha vegetacion.
Drygyar comienza a moverse con más sigilo del usual, le ha parecido haber encontrado una presa.
Erisai mira hacia el sol, intentando adivinar la hora que es.
Erisai susurra 'tendria que volver ya...'
Drygyar levanta la cabeza para oler detenidamente lo que ha  creído encontrar.
Erisai se pone en pie y se despereza, segura de que nadie la ve, con gentileza en los movimientos.
Drygyar se mueve pesada pero sigilosamente, le ha parecido ver un movimiento cerca de unas rocas.
Erisai mira alrededor buscando a la montura con la que ha venido a los bosques, pero no la ve, y silba llamandola.
Erisai frunce el ceño, extrañada de que el animal se haya alejado tanto.
Erisai da unos pasos hacia los arboles, comenzando a inquietarse.
Drygyar se acerca hacia el lugar, lentamente.  al fin está lo suficientemente cerca para ver a su presa, una pequeña humana.
Erisai se queda paralizada, de pronto tiene miedo y no sabe bien por que.
Erisai grita 'bonita, ven! vamos! hay que volver!'
Erisai percibe un extraño hedor y retrocede un poco.
Drygyar siente acelerarse su pulso, empieza a sentir esas inquietantes ansias que tiene justo antes de matar. comienza a sentir un sangriento frenesí, y hambre, mucha hambre.
Erisai grita 'bonita? donde estas?'
Erisai sigue retrocediendo, asustada, inquieta ante algo que no puede explicarse.
Drygyar se agazapa tras una roca, su presa no se ha dado cuenta aún de su presencia, pero el la mira
Erisai grita 'vamos, aqui! no seas traviesa! llegare tarde por tu culpa!'
Erisai vuelve a acercarse a los arboles, pero no ve a la yegua.
Erisai susurra 'por la Luz, que extraño, nunca me habia pasado algo asi.. Ebien me va a oir '
Erisai recoge la bolsa donde guarda la costura y se dispone a alejarse en busca de la yegua.
Drygyar se prepara, mientras la chica se mueve en busca de algo, y aguarda un segundo. concentrando su energía, sin previo aviso da un gran salto al tiempo que brama sediento de sangre.
Erisai grita horrorizada, paralizada de pavor, al ver a la inmensa criatura que se abalanza sobre ella.
Erisai es incapaz de moverse, por mucho que la hayan preparado, jamas ha tenido un trolloc cerca.
Erisai deja caer la bolsa pero no puede reaccionar.
Drygyar nota el miedo que ha infundido en su presa, siente lo más cercano al regocijo mientras lleva sus manos, deformadas por terribles zarpas hacia su espada curva como guadaña.
Erisai tiembla tanto que las piernas apenas la sostienen, intenta inspirar para calmarse y hacer algo pero solo consigue dar dos pasos indecisos hacia atras.
Drygyar nota el miedo de la pequeña humana de nuevo, inspira el aire como si pudiera deleitarse con el olor del miedo. la nota totalmente acorralada, lo cual despierta su siniestro placer por matar lentamente.
Erisai mira alrededor, esta rodeada de altos arbustos y rocas ribereñas
Erisai grita 'que alguien me ayiude!'
Drygyar deja su arma a un lado, mientras extiende sus manos hacia su presa.
Erisai retrocede pero la vegetacion le impide alejarse todo lo que quisiera
Drygyar la sujeta mientras comienza a bramar.
Erisai suelta un alarido penetrante que se pierde en el follaje.
Erisai grita 'noooo! que alguien me ayude!'
Erisai se debate apresada por las inmensas manazas.
Drygyar acerca su hocico hacia el cuello de su víctima, lo puede sentir, comida a su alcance... placer al imaginar la sangre.
Erisai intenta sacar la daga de su cinto, pero cuando la tiene en la mano la ve tan pequeña que no sabe que hacer con ella y el terror casi le provoca un ataque de risa histerica.
Drygyar chasquea sus mandíbulas.
Erisai piensa 'el ojo, en el ojo, clavala en su ojo'
Erisai grita 'por favor, que alguien me ayude! nooo!'
Erisai se remueve sintiendo el hedor nauseabundo que exhala la bestia por sus fauces.
Drygyar cierra sus fauces en el hombro de la humana, desgarrando la ropa y la carne de su víctima.
Erisai siente los dientes desgarrandole ropa y piel, su clavicula cruge, grita, pero hay algo mas, siente algo profundo que la llena, la invade, percibe de nuevo esa luz en la periferia de su campo visual al tiempo que el dolor se vuelve mucho mas intenso...

Drygyar está listo para continuar, esta vez en el cuello de su presa.
Erisai a punto de perder la fuerza por el terror y el dolor, nota que la sensacion que la invade actua apenas sin que ella pueda hacer nada, una piedra se levanta del suelo y sale lanzada hacia la boca abierta de la bestia.
Drygyar brama y escupe, intenta expulsar la piedra con la que se atragantó y que no sabe como llegó allí.
Drygyar brama 'groaaaaah!'
Drygyar en medio de su distracción, deja caer a su presa y la lanza mientras brama .
Erisai desesperada, sollozando de puro terror, mordiendose los labios para soportar el dolor se arrastra hacia el rio, confiando que lo que siempre le han dicho de que los trollocs tienen miedo del agua sea cierto.
Erisai no se atreve a mirar atras y centimetro a centimetro gana la orilla y se encomienda al Creador antes de lanzarse a la corriente.
Drygyar ha creído escuchar algo en el bosque, y se detiene por un momento antes de poder aferrar de nuevo a su presa. tras haber titubeado, la mira lanzarse al agua y brama enfurecido.
Erisai sin fuerzas, herida y conmocionada, se deja arrastrar rio abajo mientras el agua a su alrededor se tiñe de rosa.
Drygyar parece temeroso, y comienza a lanzar rocas al río. no obstante, cree escuchar ruidos que se acercan.
Se oyen voces y pasos apresurados que se acercan rapidamente. Los centinelas distinguen la forma lejana de la bestia y disponen sus arcos prestamente
Drygyar mira acercarse un grupo de hombres, y  aferrando su espada con fuerza, corre bramando a su encuentro. quizá pueda obtener algo de sangre, después de todo.

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